lunes, 21 de octubre de 2013

Es gracioso como todos queremos ser leidos, escuchados y recordados. Es la naturaleza del hombre diría mi profesor de antropología. Pero es más que eso, es importante para uno pensar que deja un legado (a veces inútil) Yo quiero dejar uno, un lagado inerte y poco relevante. Quizá muchas de las personas que alguna vez conocí o que leyeron una parte de mi vida en algún trozo de internet ya no recuerden las palabras que me dejaban con un par de clicks.
Sí, aún pololeo, llevo cuatro años de una maravillosa historia con más altos que bajos, hemos superado todo lo que el destino nos ha puesto en juego; Todavía podría pasar algo, pero yo lo amo demasiado como para volver a ser tan estúpida. Él me ama muchísimo más que yo, eso está escrito con fuego.
Dejé de lado mi bulimia gracias a él, pero debo decir que nunca me desligué... Es triste, puesto que siguen existiendo ideas ancladas en mi corazón, deseos que nunca lograron superarse, un día sí, un día llegué a pesar 48 y me imaginé que fuí feliz, pero no lo era. Ahora lo soy contigo y con 15 kilos más. 15 es un gran número, frustrante para cualquiera.
Cualqiera podría preguntarme si no he vuelto a pensarlo, si no he vuelto a intentarlo y les digo SÍ, lo he hecho, pero queél me diga que no siga, me hace detenerme inmediatamente. Me tranquiliza, por que ya no tengo un sabor ácido en la garganta, tengo un sabor dulce en los labios y en el corazón.

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