jueves, 13 de diciembre de 2012

Ya no tenemos grandes jardines, ya no tenemos el mundo pintado de rosa, dejamos de vernos a los ojos y caminar lejos del otro, aprendimos a silenciar y omitir la incomodidad. Ya no hay abrazos de oso, ya no hay detalles sorpresas, ya no hay promesas por prometer, porque muchas ya se dieron por perdidas, ya no somos los de antes, dejamos de ser principes para convertirnos en normalidad y monotonia... Pensé que podría recurpara lo que fuimos, pero te molesta que lo intente y callo.

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